Sé suave, no dejes que el dolor te endurezca. No dejes que el dolor te haga odiar, no permitas que la amargura te domine. Crea tu propia belleza, una que no se pueda definir con palabras y cultívate con los pequeños detalles.
Porque solo se ve bien con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos…
El Principito
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